En el año 1990, se marcó el inicio de una importante tradición en el municipio. Fue entonces cuando se estableció la Cofradía del Santísimo Cristo Atado a la Columna, aunque su debut en las calles durante el Martes Santo tuvo lugar un año más tarde. Este evento anual se destaca por la emotiva salida y entrada del paso, momentos que son el alma de esta hermandad, acompañados por el conmovedor canto de saetas que resuena a lo largo de su recorrido.
El sufrimiento, la tristeza y la angustia de Getsemaní, seguidos por la dolorosa flagelación, se hacen presentes en esta conmemoración religiosa. Este pasaje bíblico cobra vida gracias a la devoción de diversos cofrades y devotos que, en 1990, convirtieron la idea en realidad al fundar la cofradía. Tan solo un año después, esta hermandad realizó su primera estación de penitencia, utilizando un trono prestado de la cofradía de San Juan, con la impresionante talla del Cristo, obra del imaginero granadino Miguel Zúñiga Navarro.
En 1993, la cofradía adquirió un nuevo trono, esta vez proveniente de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y con el paso de los años, también se hicieron con la cruz de guía y los faroles de acompañamiento. Más recientemente, el Cristo de los Gitanos, como se le conoce popularmente en el municipio, estrenó un nuevo trono, obra de los talleres de Moreno Carrasco de Granada. Además, se añadió una columna que replica la forma del escudo de esta cofradía, agregando un toque de solemnidad y autenticidad a esta importante procesión religiosa.